Hola de nuevo queridos lectores. Sí, habéis leído bien. Os saludo como si fuera un reencuentro.

Y es que este año ha sido un poco loco para mí, ha sido un no parar de viajes, mudanzas…

En fin, que el inicio de este blog se ha visto interrumpido por una serie de vivencias que la vida me ha querido regalar; y que, por otro lado, ahí está la magia, pues todo escritor que se precie, necesita nutrirse de historias que contar.

Pero con el final del verano, la vuelta al cole, y el cambio de estación, ese vertiginoso desenfreno que produce la época estival, se ve considerablemente reducido, dando paso a una época de calma y sosiego producida por la tan ansiada vuelta a la rutina. Así que, aclaradas las razones de mi ausencia de actividad en este espacio, espero que al menos lo que queda de año sea un poco mas «tranquilito» y me permita así ofreceros mas contenido, sobre todo ahora en otoño, que parece que apetece mas sentarse a escribir con una buena taza de té al lado, ofreciendo así un espacio mas cálido y acogedor, en un ambiente intimista y lleno de paz y recogimiento. Dicho esto, poneros cómodos que empezamos.