¡Hola de nuevo, queridos lectores! Antes de seguir con la reseña, he de decir que este libro no ha alcanzado el nivel de las altas expectativas que tenía depositadas en el, pues el título y la portada son maravillosos; pero aun así he de añadir que el final no me ha defraudado. Por tanto, esta reseña es solo una opinión subjetiva, que puede variar en función de los gustos del lector. Dicho esto, procedamos con la reseña.
Como iba diciendo, si bien los cuidados detalles de la portada y el tema que evoca el título son exquisitos; me ha parecido en la gran mayoría de su trama una historia lenta en la que en muchos momentos, sobraban descripciones y faltaba acción, sobre todo por parte de la protagonista que, por el contrario, nos sorprende al final de la novela con una gran evolución personal. Sin embargo, he echado de menos una evolución progresiva de muchos personajes a lo largo de la historia. A pesar de que me fascina el mundo de los libros y las librerías, he de añadir que la novela romántica, aunque tampoco me disgusta, no es de los géneros que mas me llamen la atención. Por eso, el ritmo de la novela es para mí un factor muy importante. Quizá por ese detalle, lo considero un libro para leer en invierno, con tiempo y paciencia, y… ¿por que no? con una buena manta y una buena taza de café, té o chocolate caliente. Pero desde luego no es un libro que me aliente a abrir mi propia librería, pues la pobre protagonista parecía tenerlo todo en contra.
De todos modos, creo que la autora, Annie Darling, ha plasmado muy bien a lo largo de toda la novela, el ambiente del escenario en el que transcurre la historia, ambientada en Londres, en una pequeña librería donde todo se presta al romanticismo, al recogimiento y al mundo interno de la protagonista. Pero me ha faltado un poco más de acción en lo que se refiere a todas las actividades del mundo editorial. Aun así, como siempre, os dejo aquí debajo el enlace de Amazon por si os apetece conseguir un buen libro para pasar los meses de frío.